Pluneret - La cala del Téno

Nivel de dificultad: Fácil todo el año - Húmedo en invierno Este paseo permite descubrir la riqueza de los espacios naturales del municipio.

Punto de partida: Aparcamiento del pueblo de Sainte-Avoye. Para empezar bien el paseo, dos mapas, dibujados a mano por un artista y encargados por el Ayuntamiento de Pluneret, permiten descubrir la riqueza patrimonial del sector marítimo del municipio. Después de leer el mapa, diríjase hacia el pueblo de Sainte-Avoye y, en la pata de gallo, gire a la izquierda alejándose del pueblo.

Paso a paso :

1- Gire a la derecha por la pista, continúe por el valle y la pista desemboca en la bonita aldea de Kerhel. Atravesar la aldea, girar a la derecha en el cruce, luego a la izquierda unos metros más lejos, y tomar la pista que desciende en el valle.

2- A la entrada del espacio natural sensible (E.N.S.) de las Landas del Téno, siga la pista señalizada a través de los bosques y los páramos húmedos para llegar al otro extremo del lugar. Los campesinos que antiguamente cultivaban este lugar lo llamaban "lann viaz" (el páramo fangoso).

3- En la chicane, gire a la izquierda: la pista se convierte en un sendero costero y revela los encantos del estuario del Sal. Se trata de una ría, con sus marismas y sus praderas saladas en las que se precipitan las aguas del golfo de Morbihan, dominada por tierras de cultivo con setos. Visite el Moulin de Pont Sal, un molino de mareas de la segunda mitad del siglo XIX. Continuar 2 km.

4- En la aldea de En ty Nyhuy, gire a la izquierda por el dique. La marisma alberga numerosas aves zancudas durante todo el año. Continúe durante 1,8 km.

5- En el cruce, gire a la derecha por la pradera. Desde allí arriba, se puede ver la ensenada de Govillo, el cementerio de barcos y el antiguo puente de Bono.

6- Continuar por la pista ancha. Después de 500 m, tome la pista hundida de la derecha que conduce al pueblo de Sainte-Avoye, con la capilla a la vista. Declarada Monumento Histórico, esta joya del Renacimiento fue construida en el siglo XVI. La capilla impresiona por su alto campanario y sus grandes dimensiones. En su interior, decorado con extrema delicadeza, alberga un mobiliario excepcional: uno de los pocos retablos que se conservan en Bretaña. Esta notable obra, de madera policromada, está totalmente tallada con personajes, animales fantásticos y decoraciones. Abierto de mediados de junio a mediados de septiembre. Pasee alrededor de la capilla y luego suba por la carretera hasta el aparcamiento.