Pluneret - El circuito de los dos ríos

Nivel de dificultad: Fácil
Señalización amarilla -Todo el año El golfo de Morbihan revela aquí todos sus encantos: una gran variedad de entornos naturales que combinan el patrimonio rural y marino. Dominando el estuario del Sal, la capilla Sainte-Avoye recuerda esta unión entre tierra y mar.

Punto de partida: En el aparcamiento del pueblo de Sainte-Avoye, los visitantes podrán descubrir la riqueza patrimonial de la parte marítima del municipio gracias a dos mapas dibujados a mano por un artista y encargados por el Ayuntamiento de Pluneret.

Paso a paso:

1- Después de leer, tomar la carretera a la izquierda, alejándose del pueblo. A 600 m, en la urbanización Lann er Villin (la lande du moulin), tomar la pista de la izquierda.

2- En el cruce con la D101, gire ligeramente a la derecha, luego cruce con cuidado donde el carril bici está abierto y tome la pista. En el cruce de Ballon, gire a la derecha por la pista ancha. En la carretera, siga recto hasta la entrada del instituto Kerplouz-Lassalle.

3- Desde allí, girar a la derecha y luego a la izquierda en la curva de la carretera. Pasar por debajo de la autovía e inmediatamente a la izquierda por la pista que lleva al cementerio de Saint-Goustan. Gire a la izquierda por la rue de la Cordonnerie y después por la rue du Rolland para bajar al puerto de Saint-Goustan.

4- Continúe por el paseo marítimo du Stanguy. Pase por detrás del edificio de la AFPA y continúe por el camino de ronda. En el cabo de Kerisper, busque la boya César en medio del río. Señala el emplazamiento de los restos de un acueducto construido sobre el río en la antigüedad romana. Un poco más adelante, a la izquierda, verá un grupo de pequeños menhires visibles cerca de la punta de Kerisper, entre los helechos. Continúe hasta el antiguo puente de Bono, un puente colgante (1840) catalogado como monumento histórico. Es uno de los 2 últimos ejemplos de este tipo de construcción en Francia.

5- Continuar por la misma orilla, pasando cerca del cementerio de barcos de la ensenada de Govillo. Característico de estos vastos estuarios, las marismas y las praderas saladas juegan con los límites entre la tierra y el agua. Tomamos el sendero que rodea la cala y, en el cruce marcado por bafles de madera, continuamos por la senda costera durante 1,5 km. Enfrente, en las orillas de Pluneret y Le Bono, los espacios abiertos poblados por humildes cabañas dan testimonio de una importante actividad ostrícola hoy desaparecida. La Rivière du Sal fue una de las cunas de la ostra plana en el golfo de Morbihan (siglo XIX).

6- En el cruce, donde se alza un roble centenario, gire a la izquierda por la pista que serpentea entre los prados. A continuación, una pista hundida conduce al pueblo de Sainte-Avoye. Después de pasear por la capilla, vuelva a subir por la carretera hasta el aparcamiento.